Cae el sol sobre Finca La Malka, Graciela y sus cinco hijos contemplan, como un embrujo, el reflejo de los rayos dorados sobre las nieves cordilleranas.
En este terruño de ubicación privilegiada, a donde llegan puros y cristalinos los deshielos de montaña, la familia inició un proyecto cargado de futuro.
Han recorrido un largo camino hasta llegar aquí. Una búsqueda paciente y obstinada, que atravesó años y caminos, hasta encontrar, finalmente, la tierra prometida.
Finca La Malka es hoy un lugar de encuentro, de familia y de amistad. Un espacio de paz, y alegría, donde la tierra ofrece sus mejores frutos y una familia orgullosa de sus orígenes extiende sus raíces, en busca de nuevos horizontes.
Una historia de puertas abiertas al futuro, con vinos de excelencia y un espacio turístico ideal para la celebración, la reunión y la amable contemplación de la pródiga naturaleza.